miércoles, 17 de noviembre de 2010

Se acabo el viaje (snif, snif)

Hola a todos, os escribimos desde el aeropuerto de Siem Reap. El comentario de hoy lamentablemente no puede llevar fotos ni vídeos. Es una pena porque hoy hemos visto el templo que ha pasado a ser el nuevo favorito de Bea (no podia ser de otra manera). Pero al menos tenemos la oportunidad de agradeceros el que nos hayáis acompanyado con tanta ilusion en este viaje. Nos da mucha pena irnos de Camboya (como antes de Vietnam o mas), pero al menos tenemos el consuelo de que al fin volveremos a veros a todos.
Un abrazo muy fuerte y hasta pronto.

martes, 16 de noviembre de 2010

Siem Reap - Templos de Angkor (2º día)

Hola a todos, lamentablemente esto se está acabando. Solo nos queda el día de mañana en Camboya, y al final del día tendremos que coger el avión de vuelta a España. Así que ya le podéis decir a Papi que se tranquilice, que volvemos enseguida, aunque a nosotros nos da pena que se acabe ya.
Hoy nos hemos levantado relativamente tarde, porque nos pasaban a recoger a las 8:30 de la mañana. Sin embargo, eso no significa que hayamos dormido un montón. Nosotros lo intentamos, pero ayer cuando nos acostamos había una cigarra que tenía ganas de marcha. Y debe ser que el guateque se había montado justo al lado de nuestro ventanal, que da al jardín. Es una pena tener vecinos poco concienciados con el descanso ajeno, pero es que además esta cigarra era un poco mala gente. Cuando ya no podía más, me acerqué a la puerta del jardín, convencido que debía tener la fiesta montada justo a nuestra entrada. Pues fué abrir la puerta, y la muy canalla, que me vió llegar con cara de malas pulgas se calló. Bueno, pensé, parece que no era tan mal vecina, se ha dado cuenta que estaba molestando y se ha callado. ¡Qué iluso!, fué darme la vuelta y cerrar la puerta, y regresó la jarana, hasta altas horas de la madrugada. En fin, esto son pequeñas historias de Camboya.
La cuestión importante es que hoy por la mañana nos recogió el mini-guía (mini-wini para Bea) para ir a un templo que estaba muuuy lejos de aquí. El muuuy lejos eran 40Km, pero tardamos una hora en llegar en coche. Os podéis imaginar las carreteras. Además por el camino hemos parado a sacar fotos a unos búfalos. El mini-guía nos decía que no nos acercáramos mucho, este no sabe que en España todos somos toreros. De todas formas Papi puede estar tranquilo, que le hicimos caso y mantuvimos las distancias, porque uno de ellos me miraba con cara de mala uva.




Aún así podemos decir que el largo trayecto mereció la pena, pues se trata de un templo "muy impresionante", como dice nuestro guía. El susodicho templo se llamaba Banteay Srey, y es conocido como el templo de las mujeres. Parece ser que los trabajos de las paredes fueron hechos por ellas. La verdad es que el templo está muy chulo, y los bajorelieves tienen un detalle "muy impresionante". Bea después de salir del templo, decidió que era el que más le había gustado.







Después de este templo hemos parado en un pueblo Camboyano típico. Típico significa que las casas están hechas de madera y hojas de palmeras. En este pueblecito obtienen aceite de palmera, cocinándolo en una especie de horno rudimentario alimentado con madera. Este aceite se usa para cocinar y para hacer caramelos, que por cierto están bastante buenos. Allí hemos comprado unos salvamanteles artesanales para dejarles unos dólares, que seguramente les venían muy bien. Bea incluso ha estado jugando un poquito con uno de los niños, que se lo pasaba en grande, aunque ninguno de los dos se enteraba de lo que decía el otro.




Todavía quedaban templos en Angkor, así que seguimos camino al siguiente. Se trata de un horno crematorio llamado Preah Rup. Es lo que llaman un templo montaña, que consiste básicamente en un pirámide de varios niveles con el templo en lo más alto. Como el templo representa el reino de los dioses, y llegar hasta él no era una tarea fácil, las escaleras son muy empinadas, y es una verdadera paliza llegar hasta arriba (el mini-guía, que tonto no es, se queda siempre abajo, pero nos indica que las vistas desde arriba son "muy impresionantes").





De aquí tocaba ir a comer, a la muy saludable hora de las 12:30, como todo el viaje. En el menú como siempre, hay pollo. De hecho, Bea a comido más pollo en este viaje que en el resto de su vida. Pero para compensar, tuvo la suerte que el mercado antiguo se encontraba al lado del restaurante, y hemos hecho un pequeño alto de 45 minutos para pasear por él (he de decir, que esta vez también yo he comprado alguna cosilla). Mercado antiguo de Siem Reap.
Después de comer nos tocaba visitar Angkor Thom, que tiene una superficie de 10 Km2, y fue construida por el rey Jayavarman VII. Empezamos por la puerta sur, que está bastante bien conservada, y tiene la cara del rey mirando en las cuatro direcciones, y un foso de 100m que antiguamente tenia cocodrilos. Hasta dicha puerta se llega atravesando un puente sobre el foso con 54 cabezas de demonios a un lado y 54 cabezas de dioses al otro. Podríamos decir que el conjunto es "muy impresionante".





Desde la puerta sur nos dirigimos al templo de Bayon, o templo de las caras. Consta de 54 torres decoradas con 216 enormes rostros de Avalokiteshvara, que por casualidades de la vida, se parecen mucho al rey Jayavarman VII, quien mandó construir el templo. Este templo se encuentra en el centro exacto de la ciudad de Angkor Thom, y aún no se conoce su función exacta y simbolismo. En cualquier caso, el efecto es "muy impresionante", y una vez llegamos a él, pasó a ser el templo favorito de Bea, que es un poco chaquetera, y ha estas alturas ya había cambiado 3 veces de templo favorito.









Dando un corto pase llegamos a la terraza de los elefantes, de 350 metros de longitud, domina una explanada donde se realizaban ceremonias públicas. Toda la pared está decorada con escenas de elefantes.





Un poco más allá se encuentra la terraza del Rey Leproso, que es una estructura de 7 metros, con las paredes llenas de bajorrelieves, y con unas estatua en lo alto de un rey. Parece ser que 2 de los 7 reyes de Angkor tenían lepra, y la estatua podría ser de uno de ellos.




Con esta visita concluyó nuestro peregrinar de hoy por los templos de Angkor. Todavía nos queda mañana para visitar alguno más, y visto lo que hemos podido disfrutar hasta ahora, tenemos muchas ganas de descubrir lo que nos depara nuestro último día en Camboya.
Por la noche, hemos ido a cenar a un restaurante, donde había un espectáculo de danzas típicas camboyanas. Una de ellas se llama Apsara, aparece dibujada en muchos de los templos que hemos visto, y os dejámos un vídeo para que la disfrutéis vosotros también.

Mañana no sabemos si podremos escribir algo. Si es así, no os impacientéis, enseguida estamos de vuelta, y hay fotos y vídeos para aburrirse. Un fuerte achuchón para todos.

P.D. Además nos ha llamado la fotógrada (a las 11:30 de la noche), para decirnos que ya tiene el DVD de la boda, así que cuando paséis por casa, ya sabéis lo que os toca. Apsara.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Siem Reap - Angkor Wat

Sin palabras nos hemos quedado. Angkor Wat es una auténtica maravilla.
Pero antes de nada, un repaso rápido a lo acontecido hasta que llegamos allí. Hoy tocó madrugar para ir al aeropuerto, aunque no tanto como otros días. A las ocho de la mañana salíamos del hotel con destino al aeropuerto. Por el camino un atasco monumental, no había forma de moverse, así que nuestro conductor se metió unos metros en el otro carril para tomar un desvío y sacarnos del atolladero. Pero bueno, aquí las cosas son normales. Al llegar al aeropuerto hubo un poco de tensión, porque nuestro guía nos dejó allí y se largó, con lo cual nos las tuvimos que apañar para encontrar el mostrador de facturación. Tras unos minutos de agobio, porque nuestro vuelo no aparecía en los monitores, resultó que todavía no habían abierto el mostrador, a pesar de que faltaba poco más de una hora para el despegue. Al final salió todo bien, aunque despegamos con un poco de retraso.

A nuestra llegada a Siem Reap, nos recogió un miniguía. A mí me da palo preguntarle la edad, quizá solo es pequeñito, pero parece un adolescente. Eso sí, probablemente es el guía que mejor habla español de todos los que hemos tenido. No he podido sacarle una foto, porque cada vez que ve que la cámara apunta hacia él, el muy cuco se escabulle. ¡No hay manera de sacarle con Bea!.

Pero vamos al tema. Angkor Wat se trata probablemente de un templo funerario para Suryavarman II (1112-1152) en honor a Visnú. Todo el templo está lleno de bajorrelieves, y no es pequeñito precisamente. Para que os hagáis una idea, tiene un foso rodeándolo de 190m de ancho, formando un rectángulo de 1,5 Km por 1,3 Km. La visita nos ha encantado, y aunque las fotos no le hacen justicia, os pongo algunas para que os hagáis una idea.



Supongo que habéis visto las nubes tan bonitas que teníamos sobre la cabeza. Pues sí, ocurrió lo que todos estáis pensando, ¿o creíais que Camboya es tan verde porque lo riegan a menudo?.


Un pequeño ejemplo de los bajorrelieves




Y nuestro amigo Visnú, vestido de gala para recibirnos con los brazos (todos) abiertos.


Vamos que esta es la cara que tenía Bea admirando Angkor Wat



Lo que no acabamos de entender es como siendo tan pequeñitos los Camboyanos podían subir por estas escaleras tan pindias que se marcaban. A nosotros nos costó, ¡y eso que somos fuertes mozos del norte!


Por cierto nuestro miniguía, vale para todo. ¡Hasta nos saca fotos decentes, no como los anteriores!


Ah, se me había olvidado contaros que después fuimos desde el hotel hasta el mercado central en tuk-tuk. Como supongo que sentiréis curiosidad os comento sobre este método de locomoción. Básicamente es una moto, normalmente bastante cutre, a la que se le adosa un carrito en el que se motan los pasajeros. Como la moto es un cacharro (aquí es muy raro encontrar una moto de más de 125cc), la velocidad que alcanza no es precisamente una barbaridad, lo cual, todo hay que decirlo, es un alivio, pues viendo como conducen, en otro caso no se montaría ni el Tato (que se vé que era bastante aventurado el chico). Y en el mercado central, pués que os voy a contar, como os podéis imaginar, algo ha caido (y seguro que también os imagináis, "a quién" le ha caido, je, je). Con la misma nos hemos vuelto para el hotel, porque no paraba de llover, a veces con fuerza, y el pobre conductor de nuestro tuk-tuk nos daba un poquito de pena.
Una vez en el hotel nos hemos bañado en la piscina, porque incluso con lluvia y todo la temperatura era muy agradable. Después duchita, conexión para contaros nuestras aventuras, cena, y en un par de minutos a la cama a dormir, que mañana nos queda mucho más.

Un fuerte abrazo a todos, esperamos que os haya gustado.

Phnom Penh

Hola a todos,

hoy toca entrada cortita mientras esperamos a que nos recojan para ir al aeropuerto, para volar a Siem Reap. Donde veremos la mayor parte de los templos. Luego si hay tiempo y oportunidad subo alguna foto.
Ayer nos tocó viaje desde Sihanoukville a Phnom Penh, 4 horas en coche. El otro día estuvimos hablando Bea y yo de si nos habíamos equivocado con esto de la playa, pues han sido 2 trayectos de 4 horas en coche (uno para ir y otro para volver), para estar solo un día y medio allí. El día de masajes, y el descanso en la piscina y la playa, ya nos habían hecho cambiar de opinión (sí que había merecido la pena). Pero además también hemos disfrutado el viaje en coche. Viajando de esta forma atraviesas muchos pueblos, y ves cómo vive realmente la gente fuera de las zonas turísticas. Desde el coche no se pueden hacer fotos, porque conducen un poco rápido (incluso más que Bea), pero en el viaje de vuelta hemos parado en un mercado de marisco de un pueblecito, y eso ha merecido mucho la pena. Mercado camboyano. También hemos parado en un campo de arroz, para hacer unas fotos.



Por la tarde hemos ido a visitar el Palacio Real (había que ponerse elegante),



la Pagoda de Plata (la llaman así porque las baldosas están hechas de 1.25Kg de plata),



el museo nacional (donde hay obras de arte antiguas)



y el Templo Phnom (que está sobre una colina, que levantaron los camboyanos para evitar que se inundase el templo).


Donde por cierto se me olvidó mencionar que Bea encontró un amiguito.



Ha sido una explicación rápida, pero no tenemos tiempo. Si hay oportunidad os lo ampliamos.

Besucos.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Día de descanso

Bueno, a pesar de que es nuestro día de descanso, hemos decidido hacer un pequeño comentario, para que veáis lo que sufrimos.
Pero antes de nada la foto que os debíamos:


A parte de esto os contaremos que ayer nos pegamos el lujazo de hacer una sesión de 2h de masaje. Hoy nos hemos tirado toda la mañana entre la piscina y la playa, un día duro vamos. Estoy preparando unos vídeos para que os hagáis una idea de la situación. En cuanto los tenga edito el post y los subo.

Un fuerte abrazo

EDITO: Finalmente aquí tenéis los vídeos. Sé que hemos tardado, pero ha habido problemas técnicos que nos han impedido subirlos antes. Qué queréis, al fin y al cabo estamos en Camboya. En algo se tenía que notar.

Sihanoukville. La piscina. Sihanoukville. La playa.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Sihanoukville

Hola a todos,

Nos encontramos en Sihanoukville, Camboya. Como ya os comentamos anteriormente, nos hemos depedido con pena de Vietnam, pero ahora tenemos un nuevo país por descubrir.El día de hoy ha sido prácticamente entero de viaje. A las 7 de la manyana hemos cogido la lancha rápida con dirección a Phnom Penh. Hemos pasado la aduana en el río, y a eso de las 10:30 hemos llegado a la ciudad. Nos quedaba un largo viaje en coche (4 horas) hasta la playa en Sihanoukville, por lo que nos han hecho comer a eso de las 11:30, antes de partir. Camboya parece bastante menos caótico que Vietnam, y aunque no hemos podido ver gran cosa, durante el viaje en coche y por la ventanilla hemos ido viendo los pueblecitos. Fuera de la ciudad, los pueblos parecen más pobres, sólo está asfaltada la carretera principal, el resto son de tierra, pero nos ha dado una buena sensación. Es un país muy verde, y la primera impresión nos ha gustado, tanto a Bea como a mí.
Alrededor de las 3:30 hemos llegado al hotel, que es un lujo. Hoy y manyana se plantean como cura de descanso. En unos minutos nos vamos a dar un paquete de masaje de 150 minutos, sin privarnos de nada, y manyana se planea día de piscina y playa, levantarse tarde y descansar de lo lindo.
Hoy no podemos poneros fotos, porque os escribimos desde un ordenador de hotel (no hay wifi), pero tenemos en cuenta vuestras petición de Bea vestida de vietnamita. En cuanto podamos os la colgamos.

Un fuerte abrazo a todos.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Vietnam del Sur, de Ho Chi Min City a Chau Doc

Hola a todos, aquí estamos de nuevo para concluir los relatos sobre nuestra estancia en Vietnam. Nos despedimos de este país con pena, aunque a partir de mañana nos espera Camboya. Pero las cosas a su debido tiempo. Habíamos dejado nuestro relato en Ho Chi Min City, donde amanecimos ayer. Quedamos con nuestro guía a las 8 de la mañana, y nos dirigimos a ver la pagoda de Thien Hau. La llamamos pagoda porque así viene en el programa, pero en realidad se trata de un templo, pues no tiene figura de Buda. Lamentablemente un fallo técnico nos impidió cargar la cámara de video, por lo que no solo tenemos fotos de esta parte del recorrido.



Una vez acabada la visita de la pagoda, nos dirigimos al mercado chino.Es una pena no tener un vídeo de esta parte, pero trataré de explicarlo. Básicamente es como un gran mercado cubierto, repleto de pequeñas tiendas como de chinos, con toda su mercancia rebosando por todos lados en sus pequeños establecimientos. Entre cada puesto hay un pequeño pasillo por el que apenas cabe una persona, lo que hace el lugar un poco agobiante. Solo estuvimos unos minutos, pues para buscar algo allí tienes que dedicarle mucho tiempo, y teníamos más cosas que ver, pero ciertamente mereció la pena no saltarse la visita.


Esta fué nuestra despedida de Saigon, pues una vez salimos del mercado cogimos carretera con dirección a My Tho en el delta del Mekong. Fueron unas dos horas de coche para llegar allí, donde visitamos la pagoda de Vinh Trang. Por el camino nos entretenemos viendo las cosas inverosímiles que son capaces de transportar los vietnamitas en una moto. Cualquier cosa es susceptible de acomodarse de alguna manera: patos, cerdos, ordenadores, una cama... lo que sea. Si no te cabe en la moto, le pones unos ruedines para soportar la parte de detrás y lo llevas arrastrando, no pasa nada, la imaginación al poder.



La pagoda es bastante curiosa, pues corresponde a una religión que se inventó un colega en la que integró todas las demás religiones, y así no hay malos rollos. Budismo, confucionismo, cristianismo, taoísmo, e islamismo, se mezcla todo bien, se remueve a fuego lento durante un par de horas, y obtienes la religión llamada Cao Dai. No tengo palabras. En la foto se pueden ver las figuras de Buda, Confucio, Jesucristo, Moisés y Mahoma.




Y después al coche otra vez, momento que Bea aprovecho para echar una siestezuca, que no veais si es cansado esto de ser turista. La siguiente parada fue para coger una barca y dar un paseo por el rio Mekong. La verdad es que es impresionante. El río limpio lo que se dice limpio no está, pero en su favor diré que está lloviendo bastante. Tienen un negocio que consiste en sacar arena del fondo del río para utilizarla en la construcción. Para ello aspiran el fondo, con arena y agua, y lo depositan todo en una barcaza. El agua va hacia abajo, y les queda la arena arriba. Sencillo, ¿verdad?. Pues hay barcas de todos los tamaños, pero lo que más impresiona es el transporte. Cargan la barca hasta los topes y más, vimos algunas que parecía que se iban hundiendo, y los vietnamitas estos, oye, que como si nada....ellos en sus hamacas y a disfrutar del paseo.
Hicimos escala en una de las islas del delta, en la que está una fábrica de caramelos caseros de coco, buenísimos, y un huerto de frutas autóctonas. Tras un paseo, primero andando y después en calesa (eso es lo que nos contaron, en realidad era una carreta tirada por un pobre caballo), paramos a repostar fuerzas en un baruco del pueblo, en el que mientras nos dieron fruta fresca de los huertos y un té con miel y lima, nos deleitó los oidos la banda municipal. Que queréis que os contemos, para críticos de música vietnamita tradicional....pues como que no valemos.



....y a coger una barca de remos para volver a nuestra barca a través de un canal de los que recorren la isla (por suerte remó una vietnamita muy amable, porque lo de remar con un solo remo no debe ser tan fácil). De aquí fuimos a visitar la pagoda de Vinh Trang, que tiene una estatua de buda feliz (o sea gordo), que tenía casi el mismo tamaño que la pagoda (exagerando un poco).



Ya tocaba comer, así que nos dirigimos al restaurante donde coincidimos con una pareja muy maja de Zaragoza (ya les conocíamos del grupo grande de españoles con el que hemos ido coincidiendo todo el viaje) y nos sentamos a comer con ellos. Lo más destacable fué la presentación de un pescado que... no sé como explicarlo, creo que lo mejor una imagen vale más que mil palabras.
Después de comer, de nuevo al coche y a viajar hasta Can Tho. Check-in en el hotel, donde se nos avisaba de la presencia de los simpáticos geckos por todo el hotel. A Bea le cayeron muy simpáticos, además de por monos, porque se comían a los mosquitos.



Ya por nuestra cuenta, y junto a la pareja de zaragozanos, viajecito en barca hasta el centro de la ciudad. ¡Vaya!, hay un mercadillo a escasos 300 metros de donde nos deja el bote... y la cosa se lió. Tanto mirar, tanto mirar, Bea acabó comprando un traje tradicional de vietnamita. La vietnamita hasta la trajo unos zapatos con tacón para que se viese bien.
Después de pasear un rato y gastar algo de dinero, volvimos al hotel. Cena rica y a la cama, porque a las 6:30 de la mañana tocaba estar en el hall del hotel para ir a ver el mercado flotante de Cai Rang.
El día de hoy amaneció soleado, pero la ropa interior que se nos había ocurrido lavar ayer no había secado ni un poquito. Upss, fallo técnico, con el calor que hace ni se nos ocurrió pensar que con la humedad reinante la ropa no se iba a secar ni un poco. Pues nada, algún kilo extra para las maletas, como ya pesaban poco...
Con buen humor y un poco de sueño (Bea solo respondía con monosílabos), dimos un agradable paseo en barca hasta el mercado. Casi todos los que pasaban cerca nuestro nos saludaban y sonreían, y así es difícil no disfrutar de cualquier visita. El mercado merece la pena. Básicamente consiste en un montón de barcas en el río. Cada uno se acerca a la barca que vende lo que quiere, regatea y si llega a un acuerdo la mercancía cambia de manos. Para saber qué es lo que vende cada barca, llevan un palo largo donde atan una muestra de lo que venden: piñas, fruta del dragón, cebollas, lo que sea. De hecho incluso había uno que vendía lotería. Mercado flotante. Vendedor de lotería.
De regreso al hotel, desayuno y de nuevo en marcha, en esta ocasión hacia Chau Doc, desde donde os escribimos. Esta mañana llegamos al hotel, nos registramos rápido y nos dirigimos, de nuevo en barco, a visitar una piscifactoría. Básicamente consiste en una casa flotante en medio del río, con redes metálicas bajo ella. Allí tienen unos 100.000 peces, en la que visitamos nosotros criaban panga y dorada. Nos enseñaron cómo los alimentaban, y como vivían allí.



Antes de comer nos quedaba una visita a un pueblo Cham, una de las etnias minoritaria de Vietnam, constituida principalmente por pescadores. Dimos un paseo por el pueblo, y visitamos una mezquita, pues la etnia Cham es musulmana o hindú. Durante todo el paseo nos siguió una niña muy seria, que ni nos decía nada, ni nos sonreía, pero no nos dejaba ni a sol ni a sombra. Esta visita nos gustó bastante, pues se veía como vive la gente más humilde, y tenía un aspecto auténtico, que quizá le faltaban a otros lugares en los que hemos estado.




Una vez acabada la visita nos tocaba la última comida en Vietnam (un poco más tarde nos tocará la última cena), y luego visitamos una pagoda y dos templos. Uno de los templos era de una diosa, a la que no se la podían hacer fotos, pues es tal la devoción que sienten los vietnamitas por ella, que había gente que vendía sus imágenes a la gente que no tenía opción de acercarse al santuario. Por lo tanto decidieron prohibir hacerla fotos para evitar estas prácticas, y solo unos fotógrafos autorizados pueden hacerlo.
Chau Doc es una localidad pequeñita, así que a la vuelta decidimos dedicarnos al descanso: baño en la piscina, descanso en las hamacas, ducha de agua caliente y a contaros nuestras historias.
La verdad es que estamos un poco tristes por dejar ya Vietnam. Sabemos que nos espera Camboya, y seguro que lo disfrutamos mucho, pero pese a los 9 días que llevamos ya por aquí, se nos ha hecho corto. La gente es muy agradable, siempre sonriendo, y eso hace que te sientas muy a gusto. Es un país que invita a quedarse para seguir descubriéndolo. Desde luego, si nos llevamos una imagen de Vietnam no es la de su vegetación, ni sus ríos, ni sus maravillas. Esta es la imagen que nos llevamos de Vietnam: