Vietnam central - Hue

Hola a todos. Antes de nada he de pedir disculpas por las faltas de ortografía de los artículos anteriores. A modo de disculpa diré que los escribo rápido para intentar contar todo lo que pueda, y luego no tengo tiempo para volver a leerlos (lo hago al día siguiente, como hoy, y me tiro de los pelos).
Pasando a lo que interesa, hoy os escribimos desde Hue, que fué capital de Vietnam hasta que esta fué trasladada a Ha Noi por los comunistas, y declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1993, lamentablemente después de que los americanos destruyeran los templos de la Ciudad Imperial al bombardear la ciudad durante la guerra de Vietnam.
Pero antes de todo eso, nos encontrábamos en Hoi An a la espera de recibir nuestras últimas compras. El día empezó bien, Bea recibió sus zapatos y su top, y se arrepintió de no haber comprado más (sobre todo por los zapatos-zuecos). Además para sorpresa nuestra y del guía, había dejado de llover. Con estas buenas premoniciones, cogimos el coche con destino a Hue, atravesando el paso de las nubes. Se trata de un puerto de montaña de unos 1000m con unas vistas espectaculares. El principal problema, es que a partir de los 500m apareció la niebla. Bueno, la niebla y las curvas, que dejaron a Bea un poco tocadilla y con ganas de echar los higadillos en nuestra primera parada. Allí nos enseñaron cómo preparaban el incienso, y aprovechanos para comprar unos gorros vietnamitas, que como podéis ver, nos quedan de maravilla.

Después de comprar los gorros, nos dirigimos a la residencia de verano y mausoleo de Tu Duc, cuarto emperador de Vietnam, que la mandó construir para relajarse durante sus vacaciones y olvidar los problemas de la corte. No se lo montaba mal el tio, aunque nosotros no lo hemos disfrutado tanto como él, porque fué poner el pie fuera del coche, y empezar a llover fuerte. Alguién ahí arriba se había estado aguantando las ganas hasta que estuvimos a tiro. A pesar del agua lo pasamos bien, la verdad es que el sitio era muy bonito, aunque la manía que tenían los vietnamitas de hacer las construcciones de madera, hace que estén un poco deterioradas a estas alturas.

Tras terminar la visita, hemos ido a comer. Bea sigue sin disfrutar mucho con la comida, pero se entretiene con los palillos. Además cuando hemos llegado nos han preguntado de dónde éramos, y nos han plantado una bonita bandera española en la mesa. A nuestro alrededor teníamos a unos canadienses, y a una alianza germano-suiza. Para mí la comida estaba buena, y el sitio era agradable, por lo que si olvidamos que no paraba de llover, la comida fue un rato ideal para secar los pies y descansar.
Después de comer, y desde luego sin dejar de llover, hemos ido hacia la ciudad imperial de hué. Construida por el primer emperador de Vietnam, tiene tres murallas. La más exterior con un perímetro de 10 Km, la intermedia, con un perímetro de 2,5 Km, y la más interior con un perímetro de 1 Km. Tardaron 35 años en construirla, mucho más de lo que emplearon los americanos en cargársela. De los más de 100 templos y palacios que había en su interior, solo quedan 2 en pie. Aún así la visita merece mucho la pena. Ahora mismo están reconstruyendo los edificios, nuestro guía calcula que en unos 20 o 25 años estará totalmente reconstruida. Es una suerte saberlo, si reservamos ya los billetes de avión para nuestra próxima visita, nos saldrán mucho más baratos. El anillo más interior de la Ciudad Imperial, se conoce como Ciudad prohibida. Este nombre se debe a que solo el emperador, su esposa, sus concubinas y los eunucos podían habitar dentro. En ella se encuentra un teatro, donde asistimos a una actuación de música y danza, muy colorida y bastante entretenida. Os dejamos un vídeo para que los podáis comprobar. Teatro vietnamita.

Tras salir de la actuación, nos encaminamos hacia la pagoda de Thien Mu. Se trata de una pagoda muy bonita, donde hay una especie de seminario de monjes. Pudimos dar un paseo por el interior, y ver a los niños con el pelo rapado realizando sus tareas. Parece ser que los creyentes pobres, que no pueden mantener a sus hijos, los llevan allí, donde reciben educación y comida. Más adelante los niño deciden si se quieren quedar en la pagoda como monjes o volver a ser vietnamitas normales. Nos gustó bastante este sitio, y aunque los niños deben seguir las enseñanzas, y no es una vida facil, se respira mucha paz, caminando por sus calles.

Por último, cogimos una barquita que nos llevó por el río Perfume hasta nuestro hotel. Ahora estamos descansando un ratito en el hotel, y encuanto acabemos de escribir saldremos a dar una vuelta por la ciudad  por nuestra cuenta.
De momento esto es todo. Más adelante, mas historias.

Un fuerte abrazo.